CORRESPONSAL ITINERANTE

En tránsito por los lugares de siempre

lunes, 4 de mayo de 2009

Ni Cucal ni leches

Yo creo que una de las peores cosas que me pueden pasar es tener que enfrentarme a una situación de emergencia con el jet lag a la espalda.

Cuando digo emergencia me refiero, obviamente, a encontrarme con una cucaracha por el pasillo de mi casa justo cuando salía porque había quedado y ya llegaba tarde.

El caso es que no se puede dejar al bichito como Pedro por su casa porque... porque... porque no y ya está. Bastante cara está la renta como para encima tener inquilinos que no ayudan a la economía familiar. Ni que tuviera hijos.

Así que tras el susto inicial, porque soy una cursi y me dan mucho asco los bichitos, y el pánico que le siguió porque estaba sola en casa y no estaba ahí mi macho man para hacerse cargo del marrón, estuve barajando las posibilidades.

1. ¿Indulto o ejecución?... Que no, que no me quedo tranquila con la imagen de la cucharacha cotilleando en nuestras cosas, robándonos la wifi y comiendo las delicias del suelo. Como excepción a mi política pacifista hacia los bichos asquerosos que no me gustan pero a cuales respeto su derecho a vivir; ejecución.

2. Métodos de ejecución.

2.1.La hemos liado. Ni de coña pienso espachurrarla en la pared que dos meses antes me he pintado enteretica de blanco, yo sola. No, esa pared es sagrada y ahí no se espachurra nada. Me sentaré y vigilaré sus movimientos. Maldita charlie.

2.2.Instrumentos. No sé si será cierto, pero dicen que si la espachurras se quedan los huevos de sus futuros retoños en la superficie del instrumento castigador. Descartamos "zapatilla de estar por casa" como instrumento. No tengo periódicos a mano y una servilleta de papel no es lo suficiente consistente como para no notar el cuerpecillo crujientito del bicho, de modo que debo buscar un instrumento no-espachurrador.

2.3.Insecticida. Como vivo en un mundo mágico de colores, no pensaba que fuera a necesitar uno. ¡Mierda, mierda, doble mierda! Estoy desarmada e indefensa. Es la mejor opción si quiero un ataque a distancia y sin señales. ¡Y yo sin spray de pimienta! Pero no desisto. Lo único que puedo hacer es buscar algo que se le parezca. Entonces como una idea bajada de los cielos escoltada por querubines cantarines me acordé de mi producto predilecto.

3.Proceso. Pues ni corta ni perezosa empuñé el Vitroclen, que me deja la vitrocerámica como los chorros del oro, y digo yo que algo de tóxico tiene que tener... Lo peor que podía pasar era darle el colocón de su vida a la cucaracha y me lo agradeciese toda la vida, pero no creo que el ahogamiento por Vitroclen produjese tal efecto.

4.Resultado. Me voy a hacer representante de Vitroclen-multiusos. Tardé 10 minutos en deshacerme del problema y me fui feliz y contenta a mi cita.

¡Me encanta el olor a Vitroclen por las mañanas!