Hoy es uno de esos días que ando medio dormida por cualquier rincón, que me salen agujetas furtivas sin haber hecho ningún esfuerzo aparente, que me duele la cabeza a ratos y hablo como el niño del Vicks VapoRub... que me pongo ñoña, vamos. Y que se me han acabado las vacaciones.
Y eso que mis vacaciones suelen ser lo más parecido a mis días libres, sosa que es una. Y maruja. No he hecho gran cosa en estas tres semanas y he estado perfecta hasta hoy que me ha entrado esta cursilería en el cuerpo.
El caso es que cuando me sumerjo en esta clase de estados, se me suele ir la cabeza por derroteros absurdos. Y es así como hoy le explicaba a Kheldar mi creciente inquietud por las actividades funerarias de los gorriones.
¿Cuántos gorriones puede haber en una ciudad?¿Miles?¿Cientos de miles? Siempre los vemos revolotear entre las mesas de las terrazas y para mí que son muchos. ¿Y cuál es el depredador natural de los gorriones? Probablemente los gatos, pero es que tampoco veo yo tantos como para ser el azote de la población gorrionil. Así que suponiendo que unos pocos mueren a garras de los gatos callejeros, el resto debe morir por causas naturales, ya sean enfermedades o por la edad. Que me ilustre el que sepa más del tema, por favor.
Siendo esto último y teniendo en cuenta el enorme número de estos animalitos que existen en la ciudad... ¿por qué no vemos cadáveres de gorriones fulminados a los pies de los árboles, en los parques, en las calles...? ¿Es que tienen un santuario?¿Dónde queda?¿Se autodestruyen cuando mueren?¿Existe una mafia entre los pajaritos que se deshace de los cuerpos eficientemente?¿Tienen la decencia de morirse dentro de los límites de sus nidos para no molestar a los viandantes?...
¡Es que me corroe la curiosidad!
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Hace 12 años